Recuerdo que hace unos tres años, Cristian me decía que la tía le hacía Psicológicas y que le decía que a ella no le podía hacer psicológicas ya que ella tenía más experiencia que él en la vida y otra sarta de pelotudeces que no es importante. También recuerdo pensar que yo no podía hacer dichas psicológicas, después de un tiempo que tardé en entender lo que eran.
Ahora sé que sí puedo. De hecho, suelo hacerlo casi todo el tiempo. La psicología analítica (o sea, psicología improvisada, sin haber estudiado) es una parte inherente a mi vida casi tan grande como el sarcasmo e incluso más importante que él.
La psicología de la que hablo no abarca solo el tipo de psicología en la cual uno analiza lo que le pasa al otro y lo aconseja directamente, sino que también abarca muchos otros estilos, tales como los consejos indirectos: la tan famosa psicología inversa, el hecho de hacer que alguien piense algo sin decírselo, induciéndolo a actuar de x manera para que los resultados de sus actos lo lleven a darse cuenta de lo que quiero decir, sabiendo que si se lo decía directamente jamás lo iba a asimilar; hacer enojar a dicha persona para que reaccione y actúe, incluso sacrificando cosas de uno mismo para que el otro pueda obtener objetivos satisfactorios.
Algo que sirve mucho en este aspecto es el silencio. Es increíble como puede actuar en una persona obteniendo notablemente mayores resultados que las palabras, dándole a esta persona tiempo para reflexionar y cuestionarse a sí mismo, juzgándose como cree que su interlocutor lo juzgaría, llegando a conclusiones que de ningún otra manera llegaría.
Lo malo de todo esto es que, al ser utilizado en una persona con gran intelecto e importante suspicacia, no se puede utilizar dos veces la misma estrategia. Por eso hay que tener imaginación y poder de improvisación para formular una nueva estrategia en el momento y no perder la batalla que estábamos librando con el otro...
Sin más por ahora (en realidad podría seguir durante mucho tiempo, pero no quiero sobrepasarme con las confesiones para no pisarme), me despido con una frase de un grande que se remitía a mi mente en el momento de escribir este post:
“Sus tecnicas no sirven dos veces contra mí, Santos de Bronce” Ikki
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