Yo estoy convencido que el pasado
tiene forma de armario
y que dentro, cada año
se convierte en un cajón.
Los hay llenos, los hay pelados
Algunos nos son extraños
y su forma nos hace daño,
como una suerte de lección.
Los que están atiborrados
de recuerdos desparramados
es imposible de cerrarlos
sin soltar un lagrimón.
Los vacíos son vaciados
verdaderos desahuciados.
Es preferible olvidarlos
a esos bastardos sin tutor
Pero antes que nada
un armario es de madera
como un cofre que da pena
o un ataúd de risas pasadas
Ya les muestro la salida
y ahí reside mi convencimiento
como a todo mártir muerto
se lo despide en una pira,
(( para los lentos,
se lo prende fuego,
y uno se masturba en su piromanía))
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