sábado, junio 19, 2021

Despedidas

Mi viejo se muere.
Tiene una máscara dolorida que sonríe a veces.

Nunca fuimos cercanos.

Quizás lo éramos cuando
jugaba a la lucha conmigo
en el piso de mi pieza,
cuando llegaba cansado de la fábrica,
o cansado de manejar una ambulancia,
o cansado de doblar cajas
en la penumbra del comedor
para pagarme la escuela,
comprarme libros,
o para que no me falte la comida.
Quizás entonces nos permitimos el cariño.

Después solo hubo un rencor callado.
Una desaprobación constante de ambos lados
que nunca entendí de dónde partió.

Jamás le pedí un consejo a mi viejo.

Quizás nuestras últimas palabras sean:

"No sé qué decirte".

"Gracias".

"Chau".

Quizás solo le mienta,
vista la apariencia del doliente
y le diga
que todo va a estar bien.

domingo, junio 06, 2021

No soy yo sin ella

Me han dado 
todo el cariño del mundo
y me desborda.
Soy minúsculo.
Un recipiente pequeñito.
Se malgasta,
digo «basta»,
no sé si lo que necesito
es lo que necesito.
Soy una mancha
irrelevante
en una pared gigante,
pero alguien desea
encuadrarla.
Soy un basurero de oro.
Soy mi propia bala de plata.
Soy un gorrión ganador
del primer premio
de una exposición
de aves cantoras.
Robé el más grande
de los amores
y solo me costó
el alma.

lunes, mayo 03, 2021

Como ecos que nadie escucha

Jamais vu. 
Hay un universo paralelo 
desde el que me espío. 
No lo niego noloniego 
No, lo niego. 
Tan ilusorio como las opciones 
que me sangran en los caminos. 
Cada curva, cada bifurcación 
son abortos que me lloran 
fantasmalmente. 
Me reclama una juventud 
que ya no vivo, 
un cuerpo 
que ya no habito. 
Un beso, una caricia, 
un mundo que no permito. 
Estoy del lado equivocado del espejo.

jueves, abril 08, 2021

Fantasmagoría

No había dolor en el ruido.
Nos llevábamos
entre pilares de estéreo
de la mano, como en sueños.
Nos soportábamos porque estábamos vivos.
No había, no hay, lugar para los muertos.
O en todo caso, los muertos, gloriosos,
brillaban en el techo alto,
altísimo,
pegados a las paredes,
recortados de revistas y afiches.
Los héroes mártires, los buenos muertos,
los «qué suerte que murieron» para ser eternos.
¿Y nosotros?
¿Somos eternos?
Si caminábamos por el ruido sin mojarnos,
como dos espectros del sonido,
apenas testigos de aquel cielo,
deseosos de probar el fuego.
Secos.
Como la foto en la pared.
Como el retorno.
Como el silencio.