El siguiente es un post escatológico, asi que si usted estaba esperando algo romanticón "slash" interesante, lo siento. Ya avisados continuo con la redacción de la entrada.
Viernes- 2 de la tarde. Me encontraba haciendo el recuento de mercancía del local en donde trabajaba cuando recibo la noticia; El baño de mujeres estaba clausurado. Según mi fuente "algo" había tapado el flujo de agua del excusado. Yo dí poca importancia a las palabras de mi asistenta... porque al fin y al cabo, es una idiota. De mientras esperaba con ansias la llegada de Johanna, quien me acompañaría toda la tarde. Analía se despidió presagiando una desgracia entre Johanna y "eso" que habitaba el excusado del toillet femenino.
No pasó mucho tiempo hasta que me sentí tentado por la curiosidad. Y si ella estaba diciendo la verdad? Y si, en efecto, había algo aterrador aguardando a la damicela con necesidad de liberar su esfinter?
Asi que, sin pensarlo mas, subí las escaleras en dirección al baño de mujeres, imaginandome la situación.
...
Era ENORME! del tamaño de una comadreja o el brazo de un adulto y, les juro, no exagero en tamaño. Yacía en una de las paredes del inodoro, asomando a penas una tercera parte de su longitud. Era un espectaculo horroroso... jamas, en mi corta vida, había presenciado tal atrocidad. Solo lo observe un segundo y corrí fuera de la habitación. El shock me provocó risa.
Cuando llegó Johanna traté de hacerle saber la noticia con tacto, preparandola para el susto consecuente. Ella no se mostró interesada hasta que, dada mi insistencia, subió al baño.
Al parecer, El Sorete Con Mayúsculas(como lo denominamos) presentaría pelea para removerlo de su trono. Tras 4 baldazos de agua fría, caliente, con limpiador y con detergente se mostraba intacto. Para eliminarlo deberíamos pelear cuerpo a cuerpo, es decir, entrar en contacto directo con él.
El primer plan constaba en embolsarlo en el retrete, pero dado su inmensidad parecía imposible capturarlo de un solo movimiento.
La segunda opción fue, utilizando dos bolsas de residuos como guantes, elevarlo del inodoro y depositarlo en una bolsa para luego desecharlo. Abandonamos rápidamente la idea al sospechar que El Sorete Con Mayúsculas corroería el plástico.
Sabía que cada segundo que pasaba era un paso mas cerca a la catástrofe, por lo que puse manos a la obra. Agarré uno de los displayers de cartón de Cofler y, blandiendolo como espada, arremetí contra El Sorete Con Mayúsculas. El agua y su composición hizo que mi precaria espada solamente resistiera cuatro estocadas. Improvisé otra lanza de cartón con la esperanza de que resistiera un segundo mas, pero corrió la misma suerte.
El Sorete Con Mayúsculas Se había desecho... mas seguía impidiendo el flujo del agua. Quizás jamás desaparezca...
¡Y aun El Sorete Con Mayúsculas inmóvil!, fijo, sigue fijo en el retrete ,en el rincón mas oscuro de la prenumbra.... Y sus ojos son los ojos de un demonio que, durmiendo, las visiones ve del mal; Y la luz sobre él cayendo, sobre el suelo flota..., nunca se alzará..., nunca jamás!
Silla!
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