jueves, septiembre 08, 2005

Outshined

El auto estaba detenido pero en marcha, en el umbral del portón del garage. El sol estaba posado a mas de mitad del camino en un cielo tan despejado que parecía abismal. No pude distinguir quien estaba manejando, el sol daba de lleno en el parabrisa y en los vidrios del lado izquierdo del auto. Después del primer destello cegador opté por clavar la vista en la pared interna del garage, sobre una rajadura en el material que parecía bastante profunda. Allí el reflejo del vidrio del lado del conductor oscilaba en un pequeño sector de la pared y pude ver como la luz directa del sol barría en oleadas las imperfecciones de la superficie al rebotar en ese pedazo de vidrio vibrante.
Y la marea de luz lleno mis ojos y yo me perdí en ella los segundos que duró su ilusión hasta que el mundo decidió continuar su andar. Y el espectáculo que pudo haberme ahogado, mientras abandonaba mis retinas, me empujo a manchar esta hoja de papel, describiendo un insignificante reflejo de luz en una pared descuidada.

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