- ¿Terminaste de comer?
- Si.
- Bueno. Salimos de lo de Procca a eso de las 3 y nos ibamos a un bar.
- ¿Con Procca?
- No, Procca se quedó. Salimos Cristian, Nerina, Estela y yo.
- Que feo nombre Nerina.
- Horrible.
- Bueno, dale.
- Estabamos por Costa Rica al 3600 y a esa hora no pasaba un puto taxi por la zona. Ni daba para ir caminando.
- ¿A Olivos desde ahí? ¿A vos se te daño el GPS? ¡Queda en otro cuadrante del universo!
- En eso, a lo lejos, brillando bajo la luna de la vieja Buenos Aires, un Peugeot 504 se abría paso entre la nada.
- Poético...
- Le empezamos a hacer señas como locos, pero el tipo no parecía querer parar. ¿Sabés cuanto tardaríamos en encontrar otro? Ahí nomás me le crucé en el camino y paró, medio con cara de pocos amigos.
- ¿Y?
- Bueno, subimos y cuando le decimos al tipo que vamos para Olivos me dice "No llego, no llego"
- ¿Se estaba cagando y por eso me preguntaste si había terminado de comer, porque la historia tenia que ver con caca y pedos, dicho sea de paso, tus temas preferidos?
- No, no. Me dice "No llego, no tengo gas" y a la vuelta de la casa de Procca hay un GNC, asi que le dije que podíamos pasar por ahí, que no había problema. El tipo me dice "Fenómeno, dejame que pare el..."
- ¿"Taximetro"?
- Si, bueno, dijo otra palabra pero es lo mismo. Entonces, fuimos a la estacion de servicio. Muy iluminada, demasiado. Yo no sé si fuiste por ese barrio pero hay una luz cada 200 metros y le da un aire íntimo, como que se puede mear tranquilo en la vereda que desde la otra no te ven. Ahora, esta GNC estaba tan iluminada que molestaba a la vista al bajar del auto.
- ¿Pararon mucho tiempo ahí?
- Maso, un toque. Hay tres pobres pibes laburando toda la noche ahi, te atienden rápido. Cuando bajamos del auto lo empiezo a revisar. Vos viste la manía que tengo de comparar autos. Mi tio Pili tenía un 504, pero este le pasaba por encima. Por dentro estaba impecable, una joya, el tapizado enterito, bien perfumado. Se notaba que el tipo no fuma, porque siempre queda un tufo adentro que no tapas con nada. Por fuera, la pintura estaba genial. Y mira que estamos hablando de un 504 del año del jopo. En fin, hermoso el auto, salvo por un pequeño detalle en el capot que me llamó la atención. En eso, cuando el tachero volvía de pagar, se me acerca. Los chicos ya estaban arriba del auto y yo como me colgué quede solari. Yo encaro para entrar al auto, pero como el tipo se dio cuenta que justo estaba mirandole el capot del auto me dice: "Mira" y me señala el bolloncito "¿vos podes creerlo?".
- Ver para creer, vos lo viste, lo pudiste creer. ¿O vos eras el partidario de la apagogé?
- ¿Lo que?... ¿te sigo contando?
- Seguí, Beto...
- "¿Que es? ¿Un balazo?" le pregunté, porque parecia eso, pero claro, el tipo me hace un ademán como para que le pase la mano por encima.
- ¿Al tipo?
- Al supuesto balazo, pelotudo. Y claro, ahí me di cuenta que estaba golpeado desde adentro.
- ¿Como desde adentro? ¿Tiraron un tiro desde el motor?
- Claro, pero no fue un tiro, 'pera. El flaco agarra y me dice: "El otro día tuve que ir al puerto a buscar un pasajero que viaja casi todas las noches. Al tipo lo espero cerca de un estacionamiento que da a las vias y esta bastante descuidado. Como soy bastante obsesivo con el auto me dije: ya que tengo cinco minutos hasta que venga el tipo, me fijo si esta andando bien el motor. Ya hacía unas cuadras que lo notaba algo acelerado."
- Ajá...
- Entonces, el tipo abre el capot y arriba del motor hay una rata. "La rata mas grande que vi en mi vida" me dice el tipo. "Del julepe que me agarre, cerré el capot y me metí adentro del auto." El tipo parece que era bastante impresionable con esas cosas. Al parecer, al minuto baja el pibe que estaba esperando, se sube al coche y arrancan. Como era costumbre se ponen a hablar de pelotudeces y el tipo se olvida de la rata en el capot. Pero, al hacer dos cuadras escuchan un ruido a golpe en chapa considerable y el tipo decide frenar. Cuando abre para revisar que fue ese golpe se encuentra que la rata se había caido del motor y se dio con un ventilador, que la tiro hacia el capot y dejo un chichon y sangre por todos lados.
- ¿Y?
- Entonces al momento que me dice eso, el tipo se queda callado, como si hubiese entrado en un estado de concentración divina. Yo me quede mirandolo un rato, porque, todo bien que me cuente una historia de su vida, porque, pobre tipo, las cosas que le pasaran, ¿no? pero yo tenía a tres personas adentro del taxi que me querían comer vivo porque les estaba entrando el sueño y yo como si no hubiese apuro hablando de la vida. En eso, entra en si mismo de nuevo y me dice: "Pibe, ¿no te das cuenta?" y me señala en numero del coche: "189"
- No... ni puta idea.
- Yo menos, pero hay que ser un poco timbero para entenderlo. el número era el 189, o 01-89. El 89 es la rata... Una rata... eso flasheó el tipo. "Jugale al 89 pibe, jugale que sale". Lo mire como agradeciendo el consejo, nos subimos y no le dirigí mas la palabra en todo el viaje.
- ¿Y salió?
- Ni idea... pero me dejo pensando a lo que hablaron con Erica el otro día. Eso de que si uno tiene un destino, una mision final en la vida y la logra y además sigue viviendo... ¿para que sigue vivo?
- ¿Vos decis que el destino del tipo, o por lo menos del taxi era que esa rata se inmolara en el motor?
- No sé... ponele...
- Bueno, no sé Beto... por lo menos pensa que ni a ese tipo, ni a ese taxi lo vas a volver a ver en tu vida. Quizas, en lo que a vos respecta, su destino ya este completo.
- Ahora, que asco una rata reventada en el motor, ¿no?
- Seh, y yo termine de comer hace 5 minutos, imbecil.
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