Finalmente, en la página quinientos uno de la edición de Grito Sagrado, Francisco D'Anconia le dice a Hank Rearden:
"-(...)si viera a Atlas, el gigante que sostiene al mundo sobre sus hombros, de pie, corriéndole la sangre por el pecho, con las rodillas dobladas y los brazos temblorosos, intentando hacer acopio de sus últimas fuerzas, mientras el globo pesa más y más sobre él, ¿qué le diría que hiciera?
-Pues... no lo sé. ¿Qué... podría hacer? ¿Qué le diría usted?
-Que se rebelara."
"CON RAZÓN", grité en el colectivo, "POR ESO EL LIBRO SE LLAMA 'LA REBELIÓN DE ATLAS'". Acto seguido me escondí atrás del libro porque mucha gente del colectivo me miraba. En ese momento de introspección, mientras huía del estupor de la gente, me puse a pensar que el libro en idioma original se titula "Atlas Shrugged", es decir "Atlas se encogió de hombros".
Ahora (( siganme y no los voy a defraudar... mucho )), No es lo mismo rebelarse que encogerse de hombros. Capitán Obvio aparte, la rebelión encierra un propósito, una actitud desafiante ante ((ante... ante... ante... )) una filosofía de vida que no compartimos y el mismísimo acto de rebelarse es un golpe a ese estado. Si, ya sé, el medio es el mensaje, está por todos lados.
Pero en cambio, encogerse de hombros supone una actitud desinteresada, un "que me importa". Si bien hay un juego de palabras interesante (( Atlas se encoge de hombros cuando justamente tiene a la Tierra posada en ellos )) la frase me suena a apatía.
En los dos casos Atlas deja la carga, en los dos casos que Atlas deje la carga es un fin al status quo, la Tierra está librada a su suerte. Pero en la versión española Atlas tiene cara de James Dean, parece sonreír triunfante al quitarse el peso de su espalda. En la versión original, Atlas tiene cara de nada, está pensando en otras cosas. He couldn't care less.
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