Tycho Márquez tenía los mismos problemas que todos los Tycho de Argentina:
A)- Tenía, por lo menos, un padre fanático enfermizo de la astronomía y
B)- Sus amigos le decían "Tincho".
Salvo que este Tycho no encontraba esta cuestión tan problemática sino, más bien, colorida. Servía a una función tan primordial como la de separar sus ambientes sociales.
Tycho compartía con su padre el amor por la astronomía. Dos o tres veces por mes se iban a la casa de San Vicente para pasar la noche intentando encontrar a Júpiter con el viejo telescopio que le habían comprado el mismo día de su nacimiento. En esos momentos de conexión con el cosmos se sentía verdaderamente Tycho, pero cuando digitaba con furia las cuatro cuerdas en el garaje/sala de ensayo de Maciel, él era El Tincho Márquez, genio del bajo, guardián del ritmo perpetuo.
Lo que mas le gustaba de esa doble nomenclatura era su naturalidad. Nunca impuso ninguno de sus nombres, surgieron espontáneamente y siguiéndolos, se formaron sendas personalidades.
Cuando Wally conoció al Tincho Márquez quiso cruzarle la cara de una trompada para que se calme. Y ustedes lo conocen a Wally, así que se pueden dar una idea de lo hiperactivo que era ese muchacho. Pero, en cambio, cuando un verano decidimos hacer una gira por Buenos Aires y lo fuimos a buscar a la casa de San Vicente, nos recibió un Tycho sereno y contemplativo. El monstruo de los graves rotundos nos rogó para que nos quedemos y compartamos la noche con su viejo con fogata y telescopios (( casualmente, fue el último verano en la casa de San Vicente para Tycho, unos meses después el cáncer se lo llevaba en cuestión de semanas ))
Nosotros, los que vivimos cosas con los dos que englobaba Tycho, nos llevamos muchas historias y anécdotas. El Tincho nos enseñó a derrumbar y Tycho, lo poco que lo conocimos, nos enseño a esperar. Ni en los últimos momentos dejó de ser como siempre fue. Por eso estamos hoy acá. Porque perdimos un amigo por partida doble.
- Tiene que tener "punch"- dijo Wally, y movió correctamente su puño izquierdo hacia la imaginaria cara del
social establishment, propinándole un zurdazo de knock-out. Tycho y yo lo imaginamos caer lentamente al piso y ver a todos los
underdogs del mundo levantar a Wally en andas.
- Pito- acotó Maciel desde atrás del capot de un Siena. Asomó su mejor cara de satisfacción, como si hubiese dado con un hallazgo sin paralelos, con los ojos semi-cerrados y la sonrisa tiesa y fingida, el tiempo suficiente para que todos la veamos y desapareció otra vez atrás del auto.
- No le vamos a poner Pito a nuestra banda, Lucas- le dije sin volverme hacia donde él estaba. En ese entonces le decía Lucas, porque no había sido compañero mío de la escuela. Después, con el tiempo, tome la confianza necesaria para llamarlo por su apellido.
- Pito tiene "punch" - argumentó Maciel mientras se limpiaba las manos con un trapo recubierto en grasa y aceite.- A las pibas les encanta y es lo suficientemente masculino para generar aceptación entre los chabones. - Se sentó bruscamente y bajó la cabeza mientras extendía el brazo derecho, reclamando un mate. Maciel era fanático de Elvis y, cada tanto, tiraba algún movimiento relámpago. Tycho le acercó el mate a unos centímetros de la mano
- No me hagas estirarme mas, chambón- le dijo Maciel, sin alzar la mirada. Tycho cedió y le colocó el mate en la mano. Al sentir el peso en la mano, adoptó una pose cómoda en su caja de sifones convertida en asiento y bostezó.- Entonces, ¿queda Pito?
- Pito queda fuera de la cuestión- arrastró Wally entre sus dientes para que quede bien claro.- Al igual que Culo, Guasca y Putas.-
Maciel se lamento mientras hacia sonar el mate de vacío.
- A mi se me ocurrió uno.- Dije tímidamente. Tycho ya lo había escuchado y le había gustado. Jamás se lo hubiese dicho a solas a Maciel. Si el nombre no contenía un fluido corporal, y en lo preferible genital, el nombre era gay. Ahora que estábamos todos juntos iba a protestar, pero Wally lo iba a frenar.
-
Shoot me- dijo Wally. Tycho ya recargaba el mate y me alentaba con ojos decididos.
- ¿Qué les parece Parallel Tiny Little Monkeys?- dejé escapar de mis labios las palabras y cerré los ojos esperando la explosión de negativas. Pero después de un segundo de silencio los abrí con curiosidad.
- Me gusta- dijo Wally como catando las palabras que todavía le resonaban en los oídos.- Es… raro, claro, no podía ser de otra manera, pero tienen personalidad.- Miró al resto y preguntó- ¿opiniones?
- Lo apruebo, capitán.- Dijo Tycho y dio el visto bueno con su pulgar de afirmación. Me dedicó una mirada cómplice y nos preparamos para lo peor.
Maciel se rascó la pera con sus dedos resecos y ásperos. Miró el techo un segundo y balbuceó algo. Todos lo miramos con intriga, a la expectativa de su respuesta. Pidió otro mate con la mano y dijo- Por mi está bien, ponganlé nomás.
Más tarde Maciel me confesó que creía que el nombre significaba algo de pijas y monos. Vos sabés como es él.