Hay días en los que pienso que lo mejor que podría hacer es empezar a ponerle nombre a las cosas. Caer en la precisión de un término. En la seguridad de un concepto. En matar la magia y llegar con seguridad a cada una de las personas que me leen. Volverme entendible y subjetivo. Hablarle a cada persona con un nombre y un apellido y una historia. Volverme asquerosamente franco y directo. Excluir gente y centrarme en personas. Perder "el beneficio de la duda". Escapar de los grises y caer en los blancos y negros. Dejar de ser yo, medio boludo, medio misterioso...
Pero no quiero... y no lo pienso hacer. Despues de todo...Que importa para quien es? Es un blog... no tiene destinatario. Y aunque lo tenga... si sabes que sos vos... para que hacerte problema??
Y vuelvo a bañarme todos los días... No me banco sucio.
Silla!
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