jueves, junio 25, 2009

Poison Well

Ayer, mientras miraba díez metros de madera artísticamente convertirse en cenizas, me di cuenta de que no importaba.
No importaba la gente, tan violentamente ensordecida por los fuegos artificiales y las tradiciones prestadas. No importaba ese oleaje de cuerpos que marchaba siguiendo los tumbos de otros cuerpos que corrían hacia otra hoguera. No importaban las calles ni las plazas ni los siglos de historia que descascaran las paredes de las iglesias.
Salí con la idea de despejar la mente por un rato, dejar de pensar en que ya no se puede fumar más y que para buscar trabajo ahora hay que ir a Benidorm, que esta más lejos y si o si tengo que ir en tram. Salí con la premisa de que una noche así no voy a ver nunca más, que perderse las hogueras de San Juan sería una picardía, ya que estoy acá.
El catalán y el francés me convencieron de que vaya con ellos y yo acepté porque sé que son compañia y le prestan mas atención a las personas que a la gente y los fuegos de artificio.
A las doce en punto, cuando estaban por empezar las celebraciones, tres llamadas pérdidas, cuatro palabras por teléfono y un mensaje donde me recomendaba que escuchase a la letra de una canción que no escribió ella porque le ganaron de mano, irrumpieron en mi realidad. Ese oasis de sonrisas término siendo un espejismo de arena y sal y cuando finalmente aparte la vista de la pantalla del celular, estábamos a unas cuantas cuadras de donde había recibido su llamada, a pocos metros de una peligrosa pira que vomitaba sus llamas más allá de lo seguro. Miré a la hoguera y no sentí nada, me daba igual que fuese una torre quemándose o un recital de Faith No More y Alice in Chains en Argentina. Y a mi alrededor había gente que no me importaba y árboles que no me importaban sobre plazas que no me importaban rodeadas por calles que tampoco me importaban. Y me sentí prisionero de toda esa gente, que bramaba por agua y fuego. Y cautivo me fueron empujando hasta otro monumento de madera, que esperaba el mismo destino y ofrecía las mismas sorpresas que el anterior. Siguiendo a mi mente, mi cuerpo se fue despegando de todas esas sonrisas y rostros expectantes, para retomar el camino hacia el siglo sin horas en donde vivo sin ella.
Y la canción a la que tenía que prestarle atención, con un título que ya de por si me tiraba los ánimos por el suelo, sonó varias veces, esperando que quizás el reclamo ofrezca la solución y en vez de ser algo cruel, sea otra cosa, cualquiera, menos eso.
Pero no hubo suerte.

domingo, junio 21, 2009

Skip This Post If You May

Es solo una regresión momentánea sin calidad, sepan disculpar.

Comprendo lo errado que estoy
pensando en recompenzas de martirio
Pero en mi ideal del amor
nunca hubo otro destino

Ya me he amado suficiente
con suerte, ahora esa es tu tarea
Mi prioridad total es quererte
sin que vos pienses a mi manera

Y quizás solo sea egoísta
Y vivir para vos sea un escapismo
No soy Jesús ni pacifista
Pero te amo más que a mi mismo

No sé si me habré explicado
Lo haré de la mejor manera
Para la felicidad de su ser amado
Se retroalimenta la manivela
Es decir, se hace a un lado
Los yoismos, que son problema
Y se trata, corazón en mano
de hacer lo que se pueda
Para que el otro se sienta cuidado
Ya que su felicidad es la que nos llena
No la propia, que como en antaño
Nos dejó solos y pagando condena.

Verás, comprendo que estoy errado
Comprendo que no lo entiendas
Pero yo elegí este pathos
Para amarte la vida entera

viernes, junio 19, 2009

Boiling Point

Tendrías que enseñarle al que te deja frases de canciones de Pearl Jam en los post y te escribe poemas de pérdida amorosa (( que comentas visiblemente satisfecha )) que no tiene que enojarse y ponerse celoso porque un idiota español se te hace el gato en los comments...

jueves, junio 18, 2009

Los castillos en las nubes temen a la gravedad del asunto

Esto de andar topandose con una gran pared de Pablodesesperanza todos los días hacen que el gusto amargo sea pasable, pero aún así no deja de quitarme el apetito. Espero que esta situación sea lo mismo que el pasado según Max Payne, un rompecabezas de espejo con el que cambiamos al querer armarlo. Porque así yo valdría un poco más, sería un poco más hombre y la aceptación de la derrota constante sería mi mejor victoria.
Y así, entre golpe y golpe contra esos ladrillos, vaya dejando preconceptos, ilusiones desmesuradas, falsos principios y viejas costumbres, hasta volverme tan pequeño, tan etéreo, que no habría peso al que hacer resistencia y una vez del otro lado de mi, que soy mi muro, juntar aquellas cosas que fueron pasando por la pared antes que yo y que me estarán esperando.
Pero si no es así, y estos chichones no valen nada, aplica la justa dosis de dinamita y derrumbame, porque no merecés seguir así, con una enorme pared de desesperanza colgando de tus sueños. Y yo no aceptaría la visión de convertirme en aquello que siempre fui y no pude cambiar.