"Literatura desatada" escribió Shakespeare alguna vez. No sé donde, ni porque y francamente dudo si él alguna vez lo escribió. Pero eso siempre viene a mi mente cuando me topo con una hoja con renglones impresos. Es una especie de ritual, una forma de comenzar el proceso de narración.
"Literatura desatada" me digo y muevo la pluma a apenas unos milimetros de la hoja. Me pregunto cual será la primera letra, la que lleve a la primera palabra, la cual me indicará sobre que debo escribir. Sin apoyar la lapicera en la hoja dibujo la palabra del inicio e imagino el resto del texto, deslizandose en los renglones como tempera que cae en un lienzo mojado. Entonces cierro los ojos y finalmente la escribo. Debo admitir que, en todos los años que vengo haciendo esto, jamás le erré al renglón y casi siempre, la tipografía es mucho mas prolija en esa palabra que en las siguientes. Y si en algún momento de la escritura me pierdo u olvido la idea principal del texto, simplemente me basta con remitirme a la palabra inicial para retomar nuevamente el curso de la narración. Creo que la gente que escribe musica tambien debe sentir lo mismo; a partir de una nota poder dislumbrar toda una melodía. Las musas son hermanas, al fin y al cabo.
La primera palabra siempre es determinante, es la que desata la literatura. La primera palabra es la que lo desata todo.
Y ya fue pronunciada.
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