lunes, diciembre 07, 2009

La vida es un fuego

Mis buenes,
Tienen que saber la maravillosa dicha que es prender una hoguera en el medio de un bosque donde no ven a mas de dos pasos de distancia, donde las ramas conspiran y se susurran planes para estamparse en nuestras caras. Tienen que saber la alegría que nace y se acrecienta junto al fuego que estaba en partes, dividido en todas esas pequeñas maderitas y que parece bailar de contento por haberlo despertado. Tienen que saber la congoja que lo inunda a uno, cuando, sentado en frente a ese baile de luz y chasquidos, se va llenando con humo, sombras, barro, ruidos, luna, chispas, musgo, piedras, hojas, mierda de todas las criaturas que cagan en ese bosque y ese cariño y cuidado que se comparte con ese recien nacido inflamable, cuidadosamente nutrido y asistido, para que brille más fuerte, más alto, más más.
Tienen que saber de la tentación de arrojarse al fuego, ser uno con él y arder alegremente, salpicando las copas de los árboles, los nidos de los pájaros, la noche que todo lo guarda.

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