domingo, marzo 13, 2005

Black Sunday

El día era gris y tentaba a lluvia. Pero no llovía y me sacaba de quicio. Era como sentir un tirón en una articulación y no lograr que esta suene liberando la tensión.
Era un día de pocas palabras, de los que se asiente o se niega sin emitir sonido. Un día en el que deseamos que esa canción no termine nunca.
Era un día de supiros entrecortados. De no poder caer en la depresión por un factor externo. De memorias con visitas no deseadas.
Era un día fresco, gracias a la brisa que de a tanto, amontonaba hojas en la puerta del local. Las hojas marrones de los árboles apenas si se movían. La calle no la recuerdo, creo que había gente.
Era un cadáver, un proyecto de día. Una hoja del calendario que no merecía la pena que producía. 24 horas malgastadas. 86400 agónicos segundos. Un Black Sunday mas. Un día menos.
Lo extraño es que lo disfrutaba.

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