De lo primero que me arrepiento es de haberlo considerado. Lo demas devino de esa decisión y no puedo andar lamentandome por los resultados. Siguiendo los rastros hacia atrás me topo con el mismo error una y otra vez. Haber tomado conciencia de algo que, aletargado, jamás me hubiera molestado. Y ahora es obvio que no hay vuelta atrás, La mente no fue hecha para soportar paradojas de emociones. Una vez fija la idea no hay manera de erradicarla. Una vez que identificas el amanecer de los ocasos no volves a confundirlos.
Pero no se puede evitar la duda cuando nuestro maestro es uno mismo. De donde sacamos las certezas hoy? Ayer... ya me olvide lo que creía.
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