Estoy despierto... o por lo menos en un estado que ronda la vigilia. Lentamente voy tomando conciencia de mi cuerpo. Estoy yaciendo boca arriba, mis piernas estan enroscadas entre si. Con mucha dejadez muevo los dedos de mis pies, me ayuda a despertarme. Tengo las zapatillas puestas.
En ese momento me percato de mi mal aliento. Caliente, pesado y ácido. Balbuceo algunas incoherencias y me quito la zapatilla del pie izquierdo con la ayuda del borde de la cama donde estoy durmiendo. Buscando alguna sabana con la que taparme golpeo mi mano contra la pared. Mi cama no está contra la pared. Y ahora que lo pienso, no recuerdo haber vuelto a mi casa... Sigo en lo de Andrés y afuera pega un sol que raja la tierra.
Abro mis ojos totalmente y mientras me ubico en la habitación, mi cabeza da vueltas y vueltas. A unos metros de donde estoy acostado duerme el "pequeño" hermano vikingo de Andrés en pelotas. Algo de las 21 cervezas de ayer golpean mi estomago. El bajón es inevitable. Debo come, pronto.
Salgo de la habitación rápidamente, diviso mi mochila encima de la mesa. Compruebo si está todo y me doy vuelta. No me había dado cuenta de que la madre de Andrés estaba hablando por teléfono. La saludo y paso al baño. Momento clave: Enfrentar al espejo, ver el estado con el cual salude a la dueña de la casa. No es tan catastrófico.
Después de la segunda partida de truco entramos a la pieza y vieron algo en la computadora. Yo estaba ocupado mirando con interés el interior de mis parpados. Y eso fue a las 4... hace ya cuatro horas...
Salgo del baño y le pido a la anfitriona que me abra la puerta. No puedo evitar notar esa sonrisa de madre... de las que ponen cuando saben lo que hiciste...
Me desayuno tres porciones de pizza de cebolla... de la que sirve para combatir el bajón. Y tomo mucha agua... mucha. Y recuerdo.
Danger.
Is She Trouble Like I'm Trouble?
Tengo hambre.
Silla!
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